lunes, 21 de noviembre de 2011

Cuando no queda más que el ojo por ojo



A un ex uniformado se le ocurrió hace un tiempo atrás hacer un homenaje a un asesino.
Krassnoff Marchenko estará más de 100 años  preso por crímenes cometidos durante la dictadura, de la que él participó como el sicópata que es.  En cualquier país decente sería un sujeto repudiable. En Chile, recibe honores.

El gobierno, en otra metida de pata más, envió sus saludos y deseos de éxito. Más tarde se desdijo y la encargada de correos renunció, pero quedó en la retina de los chilenos que el presidente o alguien cercano a él cree que está muy bien este homenaje. El rechazo tampoco fue el debido de parte del partido del alcalde Labbé: sigue siendo carta para la próxima elección de alcaldes.

El homenaje se hizo igual y hasta Providencia llegaron organizaciones de derechos humanos a protestar. Hubo aviso de bomba, hubo confrontaciones y enfrentamientos.
Hubo una turba atacando a un anciano y quienes asistieron al homenaje ahora no pueden salir de centro de eventos, por temor a los manifestantes.

¿Cuándo golpear a un anciano se volvió algo posible? por qué nadie se detuvo?
Mi viejo ha estado media hora vociferando que si pudiera, él mismo lo habría pateado. Para él, ese anciano representa la derecha que apoyó el golpe, que aplaudió la torturas, que aún hoy se burla de los torturados y desaparecidos.
Para mí fue un salvajismo, para el fue un acto de justicia, donde por fin un sujeto como él sabe lo que sintieron miles de chilenos que no le importaron, que no lo conmovieron y que aún hoy siguen sin interesarle, sigue sin creer que lo que ocurrió fue horroroso y reprobable, sigue pensando que Krassnoff fue un patriota y le hizo un bien al país. A su país.

 Hoy su rostro mostraba el desconcierto de ser atacado quizás por primera vez en su vida, cuando se supone que no deberías sufrir violencia, hoy fue rodeado de aquellos que sufrieron lo que él celebró y que frente a él le gritan en la cara, le hacen sentir en su persona la violencia que es celebrar a un asesino torturador.

Tengo sentimientos encontrados frente a eso.
Por un lado, pienso que es un anciano, solo un viejo al que golpearon. Siento que está mal, que se supone que somos mejores que eso.
Por otro lado, sé lo que fue a conmemorar y que si la historia se repitiera, o si la dictadura siguiera, no dudaría en que los organismos de represión cayeran sobre los que hoy lo atacaron. No la justicia, la crueldad.
Es un enemigo que jamás entenderá la magnitud del horror que apoya. en ese sentido, despertar ahora su sentido ético es inútil.


¿Qué pasa cuando ya no te queda más justicia que el ojo por ojo?

2 comentarios:

  1. Cualquier acto de violencia está mal... Ahora lo que pasa es que a veces la violencia no hay que avalarla, si no que hay que tratar de entenderla...

    Cuando hay un sistema que no castiga a los que en estos momentos deberían estar en la cárcel (y no siendo alcaldes de una comuna)da impotencia, y ahí viene la gran pregunta: ¿qué chucha ha pasado con la justicia?

    El sistema está tan podrido, que es el mismo el que deja que asesinos sean alcaldes y estén libres como ciudadano libre de delitos.

    Hay veces en que la violencia es la última arma y carta bajo la manga. Bajo esa consigna, no nos queda más que tratar de entender por que esa turba de gente se abalanzó ante ese viejo que como tu dices, aplaudió, defendió y avaló las macabras acciones tomadas en la dictadura militar.

    Mientras no haya justicia para los afectados, el círculo de la violencia no se romperá.

    Besos y abrazos de oso.

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  2. Cualquier persona que avale la violencia, sin importar el contexto tiene mi total y absoluto repudio, siempre hay otras formas.

    Algo que me decepciona bastante en Chile es que cuesta bastante hablar de temas tan entretenidos como política, se lo toman tan personal cuando no debería ser así, encuentro tan terco pensar que siempre "Tu partido político" siempre está en lo correcto que me llega a dar pena ver a quienes piensan así, supongo que es un odio inculcado. Se deberían votar por personas e ideas, no por estupideces como el partido.

    Para responder al comentario de arriba, que dice que el sistema está podrido, no es así, si esa persona llegó a ser alcalde es porque fue por votación, nos guste o no, es la gracia de la democracia. Claramente nuestro sistema tiene falencias que deben ser corregidas, pero de ahí a decir que todo está mal, simplemente no me parece.

    Saludos!

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